sábado, 26 de noviembre de 2016

JOSÉ, HIJO DE JACOB Ge 37, 39, 40, 41, 42, 43, 44, 45

J. Tissot  s. XIX
HISTORIA DE JOSÉ



Partimos de que José era hijo de Raquel, el gran amor de Jacob. En ese momento de la historia, José, es un jovencito que era la alegría de un padre, ya mayor. 

Además el niño tiene un don: sabe interpretar los sueños. Lo cual crea mal rollo entre los hermanos, pues siempre, en esos sueños, él era el protagonista.
Para Jacob era su alegría y divertimento, con su juventud, alegría, sueños y espontaneidad.

J. Tissot no lo muestra en una de sus acuarelas del A.T. en la que le está contando a sus hermanos sus sueños y su interpretación, cosa que causa mucha envidia en ellos. 

Este artista, pintor de mujeres encantadoras, cuando pierde a su amante y modelo, abandona toda temática anterior, técnica y forma de vida, de apreciarla y de entender el arte. Así inicia una nueva etapa de acuarelas del N.T. en escenas bucólicas con la autenticidad del lugar donde ocurrieron, Palestina. Quiso hacer lo mismo con el A.T. pero la muerte no se lo permitió. Su pintura se centra en la precisión y realismo vivo de sus figuras poco convencionales para su época.

Seguimos con la historia de José.

Sus hermanos hartos de sus sueños y preferencias paternas deciden matarlo, pero lo piensan mejor y lo venden a unos mercaderes.


D. Velázquez  s. XVII
Velázquez nos muestra su forma de ver el pasaje bíblico en el que Los hermanos de José le dan la noticia a Jacob de la muerte de José. Es evidente que nada tiene que ver con el artista anterior. Velázquez es un autor barroco con doscientos años de diferencia.
La envidia es mala consejera y nos hace daño a nosotros y a los demás. Jacob sufrió lo indecible y a sus otros hijos no les importó ni el padre ni el hermano.
José termina en casa de Putifar, un gran hombre con una gran hacienda y una joven mujer. Ante la riqueza del patrón y su esposa, José fue siempre fiel y agradecido a su amo, pero otro pecado entre en escena: la lujuria. También José supera la prueba, pero termina en la cárcel.

Es aquí donde mostrará sus dotes de intérprete de sueños que le llevarán a lo más alto, como les predecía a sus hermanos.

M. Barbasán  s. XIX-XX
M. Barbasán, pintor español contemporáneo de Sorolla, nos presenta a José interpretando los suelos del copero y del panadero real. Con une estilo realista con influencia impresionista y de Fortuny. La luz y el colorido es lo que destacan en este autor.

Después de esto logra, José, llegar a los más alto del imperio egipcio. Es el premio a la injusticia llevada a cabo por sus hermanos y a su fidelidad a Yahveh y a su amo Putifar. Yahveh premia a los fieles a su Ley.

L. Alma-Tadesma  s. XIX-XX

Es ahora en el momento en el que él sube al poder como ministro de economía se  verá la bondad y generosidad de José. Pero antes pondrá a prueba a sus hermanos, que no les reconocen, pero él a ellos sí. Tiene que saber si sus hermanos han cambiado o siguen siendo tan crueles como entonces. 
Alma Tadesma muestra en su expledor y autoridad a José como un verdadero egipcio.
Este pintor nerelandés de la época vistoriana, es neoclasicista, al que le gusta reflejar la sutuosidad del mundo antiguo. El neoclasicismo se caracteriza por recuperar las normas y gustos de la antigüedad clásica y latina, considerada el reflejo de la racionalidad y claridad.

El tiempo a jugado a favor de la familia de José. Tiene un nuevo hermano, Benjamín, la alegría de su padre, como lo fue él en su momento. En él va a poner a prueba a su hermanos.

Entra en escena el perdón. Es la historia del perdón y la generosidad. Así es Dios. Si José es capaz de perdonar tanta ignominia, ¿que no hará Dios cuando sus hijos lleguen arrepentidos y cambiados? Es el momento de demostrar la generosidad de alma cuando quien está en la penuria te pide ayuda. No hay rencor, sino olvido. Recordemos que los hermanos van a Egipto a comprar trigo, pues en Canaán hay una gran hambruna dada la sequía que sufren desde hace tiempo.

P. von Cornelius s. XIX
Cornelius no muestra ese perdón
de José. Sus hermanos ya no son lo que fueron, se preocupan de su padre, han madurado, han comprendido.

Pintor romántico alemán, perteneciente al movimiento nazareno del siglo XIX, que rompieron con el neoclasicismo y se marcharon a Roma, ocuparon el monasterio abandonado de San Isidoro para llevar una existencia de recogimiento monacal en relación con la naturaleza y la vida artesanal. En pintura rechazan el Neoclasicismo, el Esteticismo y el Realismo. Querían un arte que encarnara valores espirituales. Buscaron inspiración en los artistas de la Baja Edad Media y principios del Renacimieto, como Durero, Fra Angélico, Perigino y Rafael. Realizaban grandes murales.  Los que eran protestantes se convirtieron al catolicismo.

De vuelta a José y su familia, vemos como la historia tiene un final feliz, en el que toda la familia de José, padres hermanos sobrinos, ... se marchan de Canán a Egipto, donde les espera una vida sin penurias.
Pero hay un detalle que será relevante para comprender lo que el futuro les deparará y la necesidad de un libertador: Moisés. Y es que a los egipcios no les gustan los pastores.
Es la historia de la bondad, la fidelidad, el perdón, el arrepentimiento y el cambio,  que tienen su premio.